Cómo aumentar el colágeno y mejorar la firmeza de tu piel según el clima donde vives

El colágeno es una proteína clave para mantener la elasticidad y firmeza de la piel. Sus niveles de producción son influenciados por diversos factores como la edad, la dieta, el estilo de vida y las condiciones climáticas del entorno.

El colágeno es esencial para mantener la integridad, juventud y funcionalidad de la piel. Su correcto cuidado y estimulación son clave para una piel saludable.


Un resultado positivo y quizá posiblemente inesperado de una tendencia muy popular de las redes sociales en la actualidad, ha sido poner atención en el estilo de vida y el cuidado de nuestro cuerpo desde etapas más tempranas.

La influencia que ha marcado va mucho más allá de la cosmética y la búsqueda de cumplir exigentes estándares de belleza. Nos ha hecho cuestionarnos acerca de nuestro estilo de vida, lo que consumimos y la forma en la que queremos sentirnos y vernos en el futuro.

Gracias a esto, una nueva cultura de prevención ha surgido, siendo una de las tendencias más importantes el 'skincare', enfocado al cuidado de la piel; promoviendo que más personas, científicos y dermatólogos alrededor del mundo estén dedicando esfuerzos a profundizar en investigaciones sobre este tema.

Algunos de los hallazgos más recientes sugieren que más allá de las rutinas de cuidado, lo más importante es entender que factores externos pueden provocar los mayores cambios en la piel, para de esta forma protegerse de los efectos negativos en su salud y apariencia.

Existen cuatro tipos de colágeno en nuestra piel, cada uno con distintas funciones y extendido en las diferentes capas de la piel.

¿Por qué es tan importante el colágeno en la salud de la piel?

El colágeno es la proteína principal que compone la dermis en todo nuestro cuerpo (la capa media de la piel) y representa aproximadamente entre el 75 y 80% de su peso seco. Su función principal es proporcionar estructura, firmeza y elasticidad a la piel para mantenerla en estado saludable.

Posee una estructura conformada por tres cadenas de aminoácidos que se estructuran en forma de una triple hélice. Están compuestas en su mayor parte por los aminoácidos glicina, prolina e hidroxiprolina, fundamentales para proveer estructura en los tejidos de nuestro cuerpo.

El colágeno también es la fibra estructural de los huesos y articulaciones, así como de otras partes corporales como los músculos, los tendones, el cartílago, el tejido conectivo, los órganos, las venas, las arterias, las córneas y los dientes; por lo que promover su estimulación va más allá de los fines estéticos.

Si bien, nuestro cuerpo tiene la capacidad de sintetizarlo de manera natural como una de sus funciones, este se forma a partir de las proteínas que ingerimos a través de los alimentos. No obstante, su degradación y la capacidad de síntesis se deteriora por factores como:

  • La edad
  • La exposición al sol y las condiciones ambientales
  • No dormir lo suficiente
  • No hacer ejercicio regular
  • El consumo de alcohol y tabaco
  • Inflamación
  • Deshidratación

¿De qué manera el clima puede influir en la salud de la piel?

Se ha comprobado que nuestra piel responde a los estímulos de los factores externos, y como estos influyen en los niveles de hidratación, la función de barrera y la susceptibilidad al daño; siendo los factores ambientales y climáticos uno de los más importantes. Algunos son:

  • La temperatura
  • El viento
  • El punto de rocío
  • La humedad
  • La radiación UV

Por lo que es posible que los efectos negativos y las necesidades que tiene tu piel depende en gran medida del tipo del clima en el que resides; además de considerar los efectos por los cambios bruscos de las condiciones del tiempo según la estación meteorológica que está en desarrollo.

Consejos para aumentar el colágeno y mejorar la firmeza de tu piel según el clima donde vives.

Está científicamente comprobado que la salud de la piel y su producción natural de colágeno depende, sobre todo, de los hábitos y las rutinas que se lleven a cabo para su cuidado. Además, es muy importante implementar cuidados adicionales ante los factores ambientales que podrían interferir en su estado saludable.

Si vives en climas fríos y durante el invierno:

Es muy importante que mantengas tu piel hidratada, ya que las masas de aire frío, tienden a generar un ambiente seco y de baja humedad, lo que hace susceptible a la piel a deshidratarse provocando sequedad, descamación e irritación, además de afectar su firmeza.

El clima y los cambios en el tiempo influyen directamente en nuestro estado de salud físico y mental de múltiples maneras.
El clima y los cambios en el tiempo influyen directamente en nuestro estado de salud físico y mental de múltiples maneras.

Usa humectantes con ácido hialurónico y ceramidas, ya que estos compuestos ayudan a retener la humedad en la piel. Además, evita las duchas de agua muy caliente, mantén tu entorno con algo de más humedad y bebe suficiente agua.

También es recomendable que consumas alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 como el salmón, las nueces, y las semillas de chía, que además de ayudar a mantener la piel hidratada, son una buena fuente de proteína (esencial para la producción de colágeno).

Si vives en climas cálidos y durante el verano:

Además de mantener tu piel hidratada, siempre debes poner un protector solar. Durante los días soleados (y especialmente en áreas de clima tropical) el incremento de la radiación UV puede afectar a la piel de muchas maneras, siendo la degradación del colágeno una de ellas.

Los rayos UV emitidos por el sol tienen diferentes tipos de ondas, que aunque son necesarias para nuestro planeta y también para los procesos metabólicos de los seres vivos, debemos hacerlo con protección y moderación.

Estudios han demostrado que la sobrexposición al sol además de acelerar la degradación de colágeno, puede provocar envejecimiento prematuro e hiperpigmentación, además de aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Antes de salir de casa, y sin importar si el día está nublado, debes utilizar un protector solar de amplio espectro (SPF 30 o superior) de componente químico o mineral según las necesidades de tu piel.

El uso de protector solar es muy importante para mantener la salud de la piel y evitar el estrés oxidativo que degrada su apariencia.
El uso de protector solar es muy importante para mantener la salud de la piel y evitar el estrés oxidativo que degrada su apariencia.

También es recomendable que uses un protector solar ligero y especial para la zona del rostro, ya que el exceso de sudoración por las altas temperaturas y los productos pesados, pueden obstruir tus poros y hacerte más propenso a brotes y acné.

Por otra parte, aprovecha la temporada tropical y consume alimentos ricos en licopeno (como los tomates, y la sandía) y betacaroteno (como las zanahorias, el mango, el melón y la naranja), que pueden ofrecer protección adicional contra el daño solar.

Durante los cambios estacionales…

Mantente atento a las necesidades que puede presentar tu piel, ya que los cambios abruptos en las condiciones del tiempo pueden influir en su estado de salud y por supuesto, en su producción de colágeno. Procura adaptar tu rutina según la necesidad:

  • Alterna productos de densidad ligera o pesada según la respuesta de tu piel.
  • Usa ingredientes naturales como el aloe vera y la centella asiática si notas irritación, sequedad e inflamación relacionada a un cambio abrupto en la humedad o temperatura.
  • Usa cremas que te ayuden a reestructurar la barrera de la piel constantemente durante las condiciones ventosas, ya que en estos momentos tu piel es más susceptible a perder sus aceites naturales.
  • En áreas de clima húmedo, la piel puede estar más propensa a la inflamación, por lo que siempre opta por una rutina con ingredientes antiinflamatorios, ya que esto puede ser un precursor importante de la degradación del colágeno.

Referencia de la noticia:

La ciencia detrás del cuidado de la piel: Journal of Cosmetic Dermatology, Draelos, Z. D. (2018).