China lanza proyecto para intentar manipular el clima de forma masiva
China encara su mayor proyecto de ingeniería climática para intentar manipular el clima e incomoda a países vecinos. Por otra parte, en el ambiente científico quitan credibilidad a que logre avances a gran escala más allá de pequeños logros.
Uno de los países más poblados del mundo China se encamina hacia el mayor proyecto de ingeniería climática de toda la historia. En el pasado ya ha hecho experimentos de inhibición de lluvias de nubes estratiformes ahora la intención es masiva. De acuerdo a lo señalado por La Vanguardia, el objetivo es intentar manipular las nubes, la lluvia, generar nieve o alterar el granizo a gran escala.
Para muchos especialistas esto es más un intento de prensa que una opción realista más allá de logros en pequeña escala y en eventos que involucren poca energía. Más allá de ello, el objetivo es aplicar el programa a una escala que supera la mitad de la superficie del país, o sea unos 5 millones de kilómetros cuadrados.
El anuncio oficial se hizo el pasado diciembre de 2020, terminando un año en el que China quedó en el centro de la atención mundial, y sobre el que aún debe muchas explicaciones al resto de los países por el manejo en el inicio de la pandemia de COVID-19 que ha modificado la vida de miles de millones de habitantes, más los que han fallecido.
Lo inquietante es que en el anuncio del Consejo de Estado de diciembre, la intención final es aplicar este programa a nivel global, algo del que nadie en el mundo científico cree hoy que pueda ser posible. Más allá de las técnicas de siembra de nubes ya conocidas, China no aportó mayores detalles innovadores al respecto, y plantea que el éxito estará dado por la magnitud del desarrollo.
Una técnica conocida
En muchos casos el uso del yoduro de plata ha sido probado por parte de Estado Unidos, un ejemplo es, en la guerra de Vietnam, para que posteriormente China también intentó experimentar con él.
Lo cierto es que en la actualidad su uso se limita a una escala pequeña y los resultados son muy controvertidos. Según señala BBC, Pekín una de las ciudades más contaminadas del mundo, y cada que hay alguna reunión política importante el gobierno siembra nubes y logrando horas de un Sol luminoso. Lo cierto es que la nubosidad es mayoritariamente de tipo baja estratiforme, y ese proceso precipita los contaminantes a la superficie, algo que nadie mide.
La iniciativa de China ya generó preocupación en países vecinos como India, entre la incertidumbre sobre el impacto de esta tecnología y las tensiones regionales. Según hizo conocer el gobierno, el plan contiene tres etapas. La primera, que para 2025, el área afectada por las operaciones de aumento de la lluvia (o nieve) artificial llegue a los más de 5,5 millones de kilómetros cuadrados del país.
Una segunda etapa para esa misma fecha, sé planea lograr que el área protegida por las operaciones de prevención de granizo llegue a más de 580,000 kilómetros cuadrados. Y por último, que para 2035 se alcance un nivel global avanzado gracias a la innovación en la investigación y tecnología claves, así como a la mejora de la prevención exhaustiva de los riesgos de seguridad.
El programa ayudará en la asistencia de catástrofes, la producción agrícola, la respuesta ante incendios forestales y de pastizales, así como en la gestión de altas temperaturas inusuales o sequías, aunque no se aportaron muchos detalles.
Pocos detalles del proyecto
La siembra de nubes ya conocida, y que pretende aplicar China, consiste en rociar sustancias como yoduro de plata en las nubes, para tratar de que produzcan precipitaciones al actuar como núcleos de condensación adicionales. Esta técnica ya se aplica en varios lugares del mundo pero con resultados altamente cuestionables a baja escala.
En diálogo con BBC Mundo, John C. Moore, científico jefe de la Facultad de Ciencias del Sistema Terrestre y Cambio Global de la Universidad Normal de Pekín, indicó que "hay muy pocos artículos científicos escritos sobre su eficacia y los que existen no han pasado por ningún tipo de validación científica de pares a nivel global".
Los meteorólogos plantean que la cantidad de energía involucrada es muy grande como para lograr una modificación sostenible y de gran volumen. Un reciente artículo de la revista especializada New Scientist indicaba que una reciente investigación que constataba que la siembra de nubes orográficas puede aumentar las precipitaciones, pero señalaba que el aumento es inferior al 10 por ciento.