¡Bajo agua! El ciclón Garance desata el caos en La Reunión, Francia

La pequeña isla situada en el océano Índico ha confinado a sus 900,000 habitantes ante el impacto del potente ciclón Garance, que llegó con vientos de más de 200 km/h.

La mañana del 28 de febrero de 2025, los habitantes de La Reunión despertaron con el rugido del viento y el golpeteo implacable de la lluvia contra techos y ventanas. Lo que comenzó como una tormenta más en la temporada, terminó por convertirse en uno de los eventos más destructivos de las últimas décadas para esta isla francesa, enclavada en el corazón del océano Índico.

La Reunión es una isla pequeña de origen volcánico que está ubicada en el océano Índico, al este de Madagascar, con una población de 900,000 habitantes.

Con vientos sostenidos de 155 km/h, ráfagas superiores de hasta 233 km/h y lluvias que superaron los 500 milímetros, Garance "desfiguró” a la isla, que ya se se había preparado desde el día anterior, tras el anuncio de la alerta roja. Sin embargo, durante la noche el fenómeno desvió ligeramente su trayectoria, colocando a La Reunión directamente en su camino.

"Garance" golpeó con más fuerza al norte y este de la isla, dejando comunidades incomunicadas. Más de 182,000 hogares quedaron sin luz y 171,000 personas perdieron acceso al agua potable. Las autoridades confirmaron la muerte de cuatro personas, víctimas de deslaves e incidentes relacionados.

Llevo 55 años viviendo aquí, he pasado por varios ciclones, pero nunca había visto algo así-- cuenta Krishna Cadivel, habitante de Bras-Panon, en entrevista con La Croix

Ahora, mientras las aguas comienzan a retirarse y las primeras brigadas evalúan los daños, la gente de La Reunión enfrenta una doble tarea: reconstruir lo perdido y entender cómo un solo ciclón pudo romper tanto en tan poco tiempo. La respuesta, como suele suceder, está escrita en el clima, el mar y el aire que nos rodea.

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En Saint-Denis, el barrio de Butor/Champ Fleuri quedó bajo el agua tras el paso de Garance. Imagen tomada de ©Imaz Press.

Un ciclón fuera de serie

El suroeste del océano Índico es un escenario habitual de ciclones tropicales, especialmente entre noviembre y abril, cuando las aguas cálidas alimentan la formación de tormentas. Dentro de esta temporada, febrero y marzo suelen ser los meses más críticos, justo cuando el mar alcanza sus temperaturas más altas y la atmósfera se vuelve un caldo de cultivo para fenómenos intensos.

El radio de los vientos máximos de Garance pudo haber alcanzado hasta 30 km, cubriendo una porción significativa de La Reunión, que mide aproximadamente 65 km de largo y 45 km de ancho.

Para La Reunión, esto no es nuevo. Esta isla volcánica ha sido golpeada en el pasado por ciclones como Dina (2002) y Bejisa (2014), cuyos nombres aún resuenan entre quienes los vivieron. Sin embargo, Garance se salió del guion: no solo llegó con una intensidad excepcional, sino que combinó factores meteorológicos y geográficos que amplificaron su impacto.

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Garance acercándose a la isla La Reunión, en la que tocó tierra el 28 de febrero a las 10 am, hora local. Imagen tomada de CYCLONEOI.

¿Por qué Garance fue tan destructivo?

El primer ingrediente fue la propia temperatura del mar, que rondaba los 29 °C, un valor más alto de lo habitual. Con el océano tan cálido, Garance no solo se fortaleció rápidamente, sino que cargó consigo una cantidad extraordinaria de humedad.

A esto se sumó su desplazamiento lento al acercarse a la isla, lo que permitió que la lluvia cayera durante muchas horas sobre el mismo punto, saturando el suelo y desbordando ríos.

El tercer factor fue el relieve montañoso de La Reunión que favorece la intensificación de las precipitaciones. Las nubes cargadas de humedad, al chocar con las laderas volcánicas, ascienden rápidamente, descargando grandes cantidades de lluvia en periodos cortos.

Garance fue un recordatorio de la fuerza que puede alcanzar la naturaleza en el corazón del océano Índico. Para La Reunión, la reconstrucción apenas comienza, pero también lo hace la reflexión sobre cómo prepararse para un futuro donde estos eventos podrían ser cada vez más intensos.