Así son las imponentes Pirámides del Sol y la Luna: uno de los complejos arqueológicos más importantes de México
Este complejo arqueológico, inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1987, es un testimonio vivo de la grandeza de la civilización teotihuacana y un emblema del legado cultural de México.
Ya sea por su arquitectura, historia, misticismo o simple curiosidad, Teotihuacán ofrece una experiencia inolvidable para quienes buscan conocer el pasado de México y maravillarse con la majestuosidad de uno de los complejos arqueológicos más importantes del mundo.
Ubicadas en el místico Valle de Teotihuacán, a tan solo 50 kilómetros al noreste de la Ciudad de México, se alzan las imponentes Pirámides del Sol y la Luna, monumentos que atraen a millones de visitantes al año.
La ciudad de los dioses en Teotihuacán
La Pirámide del Sol, con una altura de 65 metros, es la más grande del sitio y una de las más altas del mundo. Construida hacia el año 200 d.C., su función original sigue siendo motivo de debate entre los arqueólogos, aunque se cree que pudo estar dedicada a actividades religiosas relacionadas con el culto al Sol.
Por su parte, la Pirámide de la Luna, ligeramente más pequeña, preside el extremo norte de la Calzada de los Muertos y parece haber tenido un propósito ceremonial relacionado con las deidades de la fertilidad y la naturaleza.
La Calzada de los Muertos, una avenida de más de 4 kilómetros, conecta las principales edificaciones del complejo. A los costados de esta vía, los vestigios de palacios, templos y conjuntos habitacionales revelan la sofisticación de una ciudad que, en su apogeo, albergó a más de 100,000 habitantes.
Cómo llegar y disfrutar al máximo de Teotihuacán
Llegar a Teotihuacán es sencillo gracias a su proximidad a la Ciudad de México. Los visitantes pueden optar por autobuses que parten desde la Terminal de Autobuses del Norte o tomar tours guiados que incluyen transporte. Para quienes prefieren viajar por cuenta propia, conducir hasta el sitio es una opción cómoda y rápida.
El acceso al complejo arqueológico tiene un costo aproximado de 90 pesos mexicanos por persona, con descuentos disponibles para estudiantes, profesores y adultos mayores. Además, los domingos, la entrada es gratuita para residentes mexicanos, lo que convierte este día en una excelente opción para explorar el lugar.
Una vez en el sitio, las actividades son variadas. Subir las pirámides es una experiencia imperdible que ofrece vistas panorámicas del valle. También es posible recorrer los museos dentro del complejo, donde se exhiben artefactos encontrados durante las excavaciones, como cerámica, esculturas y herramientas.
Entre las curiosidades del lugar, destaca el sistema de cavernas y túneles que se encuentra bajo la Pirámide del Sol, descubierto en 1971. Este túnel parece haber sido utilizado con fines rituales, y su exploración ha arrojado pistas sobre la cosmovisión de los teotihuacanos, quienes consideraban estas cuevas como puertas hacia el inframundo.
Otra particularidad es el uso del talud-tablero, un estilo arquitectónico característico de Teotihuacán que posteriormente influiría en otras culturas mesoamericanas, como la maya y la zapoteca. Este detalle refleja el alcance e impacto cultural de esta antigua metrópoli.
Donde la historia y el misticismo se entrecruzan
Teotihuacán también es un lugar lleno de misticismo. Durante los equinoccios, miles de personas se congregan en la cima de la Pirámide del Sol para recibir energía positiva, una tradición moderna que mezcla espiritualidad y turismo. Esta celebración ha consolidado al sitio como un punto de interés no solo histórico, sino también espiritual.
La importancia de Teotihuacán no se limita a su majestuosidad arquitectónica. Su influencia cultural y económica se extendió por gran parte de Mesoamérica, y los hallazgos arqueológicos continúan revelando detalles sobre su organización política, religiosa y social.
Para complementar la visita, no hay que perderse los mercados de artesanías en los alrededores del sitio, donde se pueden adquirir recuerdos únicos como figuras de obsidiana, textiles y joyería inspirada en diseños prehispánicos. La gastronomía local, que incluye platillos tradicionales como el mixiote y los tlacoyos, son una delicia que no se puede dejar pasar.
Teotihuacán es escenario de eventos especiales, como espectáculos de luces y sonido que iluminan las pirámides y narran la historia del lugar. Estas actividades nocturnas añaden un toque mágico a la experiencia y permiten apreciar el sitio desde una perspectiva completamente diferente.
Las Pirámides del Sol y la Luna son mucho más que estructuras monumentales; son ventanas al pasado que nos conectan con las raíces de la humanidad. Visitar este complejo arqueológico es una oportunidad para admirar la grandeza de una civilización que dejó una huella indeleble en la historia y cultura de México.