Anticiclones en México: ¿En verdad impiden la formación de nubes y lluvias con ausencia de viento?
Hemos escuchado estas últimas semanas el alarmismo de "un domo de calor" impide lluvias y viento con intenso calor en México, pero las tormentas sí se han presentado de forma severa. ¿Cuál es la causa?
Los anticiclones han sido recurrentes esta primavera en México bajo el fenómeno de El Niño, favoreciéndonos en efecto condiciones más secas y calurosas de lo normal como es típico, sin embargo, las tormentas severas se están presentando aún bajo su presencia, ¿por qué está incongruencia?
¿Qué es un anticiclón y que favorece teóricamente?
Una zona relativamente amplia en superficie, donde la presión es mayor en su centro que en los alrededores y cuya circulación es a favor de las manecillas del reloj, se le conoce como alta presión. Si se profundiza en la altura, se le llama anticiclón o sistema de alta presión.
Estos sistemas son más amplios y elongados comparados que su contraparte, las bajas presiones que son más concéntricas e inestables. Justamente, los anticiclones teóricamente se asocian al buen tiempo, especialmente si se profundizan, ya que el aire desciende (subsidencia) disipando nubosidad y calentándose en su recorrido a la superficie.
Al tocar el suelo, se separa el flujo, continuando su incapacidad de ascender y alejándose del centro del sistema (difluencia). En época invernal, el frío se queda atrapado en este proceso, mientras en primavera y verano, mayor radiación solar apoya a mayor generación de calor.
Aquí nos comenzamos a dar cuenta que el sistema es relativo en sus efectos, más frío en invierno y más calor en primavera-verano. Y no sólo esto, también en invierno se pueden generar densas nieblas y lluvias de variable intensidad, mientras que en primavera las tormentas, granizadas, tornados y viento severos son probables.
Excepciones del anticiclón: no siempre es sol y calor
Como sabemos, México tiene un relieve muy variable, con las Sierras Madre Oriental y Occidental, el Eje Volcánico Transmexicano que encierran al Altiplano; las planicies costeras y otras cadenas de montañas en la zona sur. Esto genera grandes diferencias de temperaturas y condiciones meteorológicas.
Cuando un anticiclón frío llega al país en invierno (tras el paso de un frente) su circulación genera los eventos “Norte” y por el relieve con el cambio de presión, el viento también se acelera en el Altiplano; nieblas densas y lluvias se generan en estados del Golfo de México, cubriendo también desde San Luis Potosí a Ciudad de México.
Aquí vemos la primera inconsistencia de que: “los anticiclones disipan nubes y no hay viento con puro calor”. Ciertamente, esto puede aplicar más probable en la primavera de abril y mayo, cuando al combinarse con largos periodos de Sol, el aire se calienta más, principalmente cercano a superficie.
Ese calor en superficie se “acumula” con el que desciende por subsidencia, aumentando más las temperaturas con una expansión de sus alrededores, a lo que los alarmistas han decidido llamarle domo de calor. El problema es que lo idealizan como algo real, como si una cúpula bien delimitada estuviera sobre nuestro país y no es así, es muy amorfo por efectos regionales.
La divergencia y sus tormentas
En la época más calurosa y seca del año, eso es lo más común, que no llueva y dominen valores de temperaturas elevadas, pero varios sistemas y efectos meteorológicos hacen su aparición para generar excepciones haciendo la segunda inconsistencia.
Con respecto al anticiclón, podemos tenerlo con una gran intensidad generando en efecto calor y cielo despejado, pero llegará un día o varios, en que el relieve obliga al aire caliente a ascender, mientras a más de 8 km de altitud, la circulación del anticiclón se altera, abriéndose y acelerándose, llamado divergencia.
Asimismo, líneas secas al sur de Texas en frontera con Coahuila y vaguadas, sistemas inestables por generar también ascensos forzados del aire, resultan en áreas de tormentas, eventualmente severas y con granizo; esto rompe la teoría de impedir formación de nubes y lluvias.
En conclusión...
Típicamente, el calor y escasa nubosidad con poco viento puede presentarse bajo un anticiclón en primavera; sin embargo, el calor, relieve, divergencia y otros sistemas inestables ocasionarán tormentas severas. Aquí es donde los meteorólogos debemos avisar de estos cambios, y no caer en el alarmismo.