Aguas con el exceso de comida en estas fiestas decembrinas
Durante las reuniones familiares o de amigos donde abunda la comida y la bebida pueden convertirse en algo llamado o conocido como “ruido de comida”
Diciembre es un mes donde los eventos sociales y reuniones familiares repletos de platillos, bebidas y postres, pueden jugar en contra de quienes desean cuidar su peso o reducirlo, cayendo en la tentación y el antojo por ese cheesecake navideño o el dulce ponche de frutas.
Todas las personas en algún momento han sido vencidas por antojos alimenticios, sin embargo, el problema existe cuando son difíciles de controlar, incrementando el riesgo de aumentar varios kilos extra, promoviendo el desarrollo de sobrepeso u obesidad, el cual afecta a más del 70 por ciento de la población mexicana.
Pero no solo estas enfermedades, sino también las crónicas como la diabetes, hipertensión, que en esta temporada los pacientes se descompensan.
Los especialistas recuerdan la importancia de seguir en tiempo y forma los tratamientos médicos en especial en temporada de fiestas decembrinas, es fundamental para evitar recaídas y descompensaciones, sobre todo en pacientes con afecciones crónico-degenerativas, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.
El médico internista adscrito al servicio de Urgencias del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Rodolfo Palencia Díaz, lamentó que muchas personas suspenden la aplicación o ingesta de fármacos por el mal olor o para poder consumir bebidas alcohólicas o alimentos con exceso de grasas o azúcares.
“Debido a esto es común que atendamos en esta área a personas con graves cuadros clínicos que podrían incluso terminar en muerte. Por ejemplo, el estado hiperosmolar glucémico o la cetoacidosis diabética son alteraciones metabólicas muy severas”.
Palencia Díaz señaló que la sed excesiva, así como orina frecuente, fatiga y sensación de falta de aire, e incluso pérdida de la conciencia, son síntomas ante los cuales una persona con enfermedades crónico-degenerativas debe recibir atención médica inmediata, porque podrían tratarse de uno de los cuadros ya descritos.
Durante las reuniones familiares o de amigos donde abunda la comida y la bebida pueden convertirse en algo llamado o conocido como “ruido de comida”, estos antojos suceden por un bombardeo invasivo de pensamientos que nos empujan a comer de más, incluso cuando se está satisfecho, lo cual tiene un efecto perjudicial en quienes cursan por un proceso de pérdida de peso.
El “ruido de comida” puede incitar a las personas no sólo a comer en exceso, sino también a pensar obsesivamente en el próximo refrigerador o comida. Se ha demostrado que esta situación aumenta mientras se está a dieta, lo que hace aún más difícil limitar la ingesta de alimentos.
La psicóloga Anne-Gaelle, especialista en conducta alimentaria y control de peso de Allurion, dedicada al combate de la obesidad, enlistó algunas recomendaciones para controlar el “ruido de comida”.
1.- Puedes comer cualquier alimento: Cuando los pensamientos sobre la comida invadan tu mente, deja de decir que no puedes hacerlo, porque la prohibición aumenta el deseo. Sólo considera en qué momento y en qué cantidad puedes comer.
2.- Planea el momento: Si te invade el deseo de comer algo, pregúntate: ¿Cuándo vale la pena comer lo que deseo? Si empiezas a pensar de esta manera, entonces la atención se desplazará de la comida al plan en sí. Por ejemplo, si deseo comer un chocolate para la mañana, podría posponerlo para la tarde en la reunión con mis amigos. Al posponerlo, se reduce la ansiedad y hay un consumo controlado.
3.- Cambia el discurso del “ruido de comida”. En lugar de atender la instrucción inmediata que es comer el antojo, reflexiona primero si en verdad es necesario hacerlo o puedo dejarlo para otra ocasión; si obedeces a un estado de estrés y no de hambre; o simplemente considerar si esta acción aporta a mi plan para mantener o reducir de peso.
4.- Deja de sentir culpa: Son muchos los factores involucrados en el aumento de peso (falta de sueño, emociones, sedentarismo, etc.) y no sólo lo que viene. Al comprender que la comida satisface tanto las necesidades fisiológicas como las emocionales, podemos permitirnos comer de todo en cantidades adecuadas, sin sentir remordimiento.
5.- Planifica las comidas: Esto ayuda a prevenir el hambre física excesiva y los antojos repentinos, además de tener un mejor control de tu alimentación y limitar el “ruido de comida”.
Finalmente, la psicóloga mencionó que al reducir y controlar el “ruido de comida”, además de permitirnos pasarla mejor en épocas decembrinas, podremos cuidar el peso de manera eficaz y enfocar nuestros pensamientos en otras actividades que nos brinden bienestar.