Advierten especialistas que el 50 por ciento de personas con bipolaridad, no están diagnosticadas
El Día Mundial del trastorno Bipolar se conmemora el 30 de marzo, este día considera también el natalicio del pintor Vincent Van Gogh en 1853, quien fuese diagnosticado con la enfermedad.
Se estima que la prevalencia mundial del trastorno bipolar está entre 1 y 2 por ciento, según la Organización Mundial de la Salud y esta es la sexta causa de discapacidad en el mundo. ¿Sabías que Vincent van Gogh era bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Según la página web de la Secretaría de Salud Federal explica que este trastorno se caracteriza por la alternancia de episodios maníacos (altos emocionales) y depresivos (bajos emocionales) separados por períodos de estado de ánimo normal. No obstante, la enfermedad también puede representar sólo episodios maníacos y no sufrir fases depresivas.
Además de la fluctuación de estados de ánimo, también se presentan variaciones en el nivel de energía, de actividad y la concentración. Cuando se hace presente el episodio de manía, la persona con trastorno bipolar manifiesta un estado de ánimo exaltado o irritable, hiperactividad, verborrea, autoestima elevada y una disminución de la necesidad de dormir.
Este trastorno también se conoce como trastorno maniacodepresivo o depresión maníaca y se puede presentar de manera crónica o episódica, es decir, que ocurre ocasionalmente y a intervalos irregulares.
La Organización Mundial de la Salud estimó en 2019 que alrededor de 45 millones de personas en todo el mundo padecían este trastorno. La prevalencia se estima sea de entre 2 y 3 por ciento en la población mundial. Mientras que en México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, se calcula hasta un 3 por ciento de la población podría tener este padecimiento mental, alrededor de tres millones de personas.
Covid-19 empeoró la salud mental de la población mundial
La pandemia por COVID-19 disparó el número de personas que padecen algún trastorno mental ha incrementado hasta cinco veces más, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado.
Este estudio reveló que en 2019 había 14.7 millones de personas en México con algún trastorno mental como ansiedad, depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia y trastorno alimentario, que representan el 11 por ciento de la población, mientras que, en 2022, 28 por ciento de los mexicanos reportó síntomas de estrés postraumático.
Pero ¿cuáles son los síntomas de esta enfermedad mental?
Según los síntomas enlistados por la Secretaría de Salud federal, éstos dependen del episodio que se presente: maníaco depresivo o mixto. Cada episodio ocasiona síntomas que duran entre una o dos semanas o más. Estos episodios conllevan síntomas intensos que duran la mayor parte del día, todos los días, aunque algunas personas presentan síntomas más leves que otras.
Síntomas del episodio maníaco: Sentirse muy optimista, animado, eufórico, o bien, extremadamente irritable o sensible; actuar y pensar más rápido de lo acostumbrado; no tener necesidad de dormir; hablar muy rápido sobre muchas cosas diferentes; tener un apetito excesivo por la comida, bebida, sexo u otras actividades placenteras; pensar que puede hacer muchas cosas a la vez sin cansarse y sentirse importante, talentoso o poderoso.
Síntomas del episodio depresivo: Sentirse decaído, triste o ansioso; más lento o inquieto; tener problemas para concentrarse o tomar decisiones; dificultad para conciliar el sueño, despertarse muy temprano o dormir demasiado; hablar despacio, sentir que no hay nada que decir u olvidar muchas cosas; perder el interés en casi todas las actividades, incapacidad para hacer hasta cosas sencillas; sentirse sin esperanza o que no tiene valor y pensar o tratar de quitarse la vida.
El psiquiatra es el encargado de diagnosticar el trastorno bipolar con base en los síntomas, el transcurso de la vida, antecedentes familiares y las experiencias de la persona afectada.
Para tratar el trastorno se utilizan varios medicamentos, psicoterapia o una combinación de tratamientos, todo depende del tipo de trastorno y de condiciones psicosociales del paciente y su familia.
Estos tienen que ser de por vida, ya que el padecimiento no se cura. Los fármacos estabilizan el estado de ánimo manifestado en las fases agudas y prevenir que se vuelvan a presentar.